Aurelio:
«Yo no he visto al hombre en el Paraíso, ni espero verlo resucitado en el reino de Dios.
A los hombres, es decir a su espíritu, a su corazón, hay que... exprimirlos
para ver que dan de sí cuando uno es artista o simplemente curioso; para que den de sí
la mejor cosecha cuando uno es hombre de acción. De ese modo he tratado yo a mi
pueblo, sin esperar a que los profestas mejoren la condición humana. Vea usted el
resultado: no es fastuoso ni será eterno; ¡pero es!».
Manuel Azaña,
La Corona,
acto segundo, escena primera |