«Gilgamesh, ¿por qué
vagas de un lado para otro?
No alcanzarás la vida que persigues.
Cuando los dioses crearon la humanidad,
la muerte para la humanidad decretaron,
reservando la vida para sí mismos.
Tú, Gilgamesh, llénate el vientre,
goza de día y de noche.
Cada día celebra una alegre fiesta.
¡Día y noche danza y juega!
Ponte vestidos flamantes,
lava tu cabeza y báñate.
Cuando el niño te tome de la mano, atiéndelo y regocíjate.
Y deléitate con tu mujer, abrazándola.
¡Esa es la tarea de la humanidad!»
Poema de Gilgamesh, tabilla X,
columna III (texto babilónico)
edición preparada por Federico Lara, Madrid, Editora Nacional, 1980, pp. 215-216 |